¿Tus hij@s pasan mucho tiempo en las pantallas?

Los tiempos han cambiado, que duda cabe, muchos avances en el mundo con la tecnología junto a cada un@ de nosotr@s en el día a día ayudándonos con múltiples quehaceres. La globalización, la inmediatez de todo, la facilidad para obtener lo que se necesita con tan solo un click, la gran cantidad de información todo eso tiene una connotación muy positiva en nuestras vidas y también en el desarrollo de nuestros hijos, los que son los llamados “nativos digitales” (saben manejar, televisores, computadores, artículos electrónicos en general muchas veces mejor que nosotros a muy temprana edad). Pero también tiene una parte que no es tan deseable, pues esa gran cantidad de información permite que accedan a “todo tipo de contenido” algunos no adecuados según la edad, que también en sus personalidades provoca que quieran, en la vida real, tener todo con la misma inmediatez de un click en el mundo digital. Dado que se relacionan con otros a distancia

a través de dispositivos, provoca también una serie de otros efectos que se tornan pandémicos en nuestra sociedad entre otros:

  • Al estar en forma remota les genera la sensación de protección y de anonimato lo que hace que sean capaces de decir cosas sin filtro y sin medir consecuencias o efectos en otros, tornándose poco empáticos con otros.

  • Al no compartir con pares dinámicas presenciales, disminuye el contacto físico, las percepciones de lo que observan del otro, las emociones no se perciben de manera tan evidente.

  • Disminuye considerablemente la capacidad de entablar conversaciones con personas en forma directa pues romper el hielo se hace más difícil.

  • Disminuye la capacidad para trabajar en equipo dado que privilegian trabajar individualmente y no necesitan reunirse con otros. Yo hago mi parte y tu la tuya (cada uno por su lado)

  • Disminuyen considerablemente la actividad física, pues el estar frente a una pantalla hace que se esté horas sentados en una posición quieta.

  • Genera ansiedad, lo que provoca ganas de comer algo mientras se está ante la exposición de la pantalla lo que, junto con lo señalado en el punto anterior aumenta los índices de obesidad.

Desde el punto de vista de la atención a las pantallas, estudios en Estados Unidos muestran que el cerebro al estar expuesto a pantallas se coloca en un estado de reposo, disminuye la actividad cerebral y disminuye la creación de nuevas conexiones nerviosas. Incluso, señalan una eventual relación entre el uso intenso de plataformas digitales modernas (uso de pantallas) con la aparición posterior de síntomas de trastorno por déficit atencional e hiperactividad (TDAH) en adolescentes (una condición que se caracteriza por la dificultad persistente de mantener la atención, hiperactividad e impulsividad). El exceso de exposición a videojuegos, por la forma en que están desarrollados hacen que el sistema nervioso genere gran cantidad de dopamina, lo que provoca estados de excitación, se acelera el pulso y genera adicción, es similar al efecto que genera en el sistema nervioso las drogas.

¿Qué podemos hacer para contrarrestar esto que puede hacer que nuestr@s niñ@s se vean gravemente afectados en sus capacidades neuronales y de personalidad?

Obviamente la respuesta si bien puede ser simple, su ejecución no es fácil.

  • Retardar al máximo la edad en que los niñ@s tengan acceso a las pantallas (a los bebés no ponerles tablets o teléfonos para que jueguen por ningún motivo o aprendan a hablar)

  • Controlar la cantidad de tiempo de exposición de l@s niñ@s a las pantallas. 1 a 2 horas como máximo diaria.

  • Fomentar la actividad física y la alimentación saludable.

  • Fomentar actividades en familia.

En resumen, intentar que los niños sean niños el mayor tiempo posible, que jueguen, que disfruten con cosas simples y básicas, ojalá que no incluyan tecnología en sus juegos, que corran, que salten. De esa forma se recuperarán las risas, las ganas de juntarse con los amigos, compartir, conversar, etc. cosas simples y cotidianas de hasta hace pocos años, que hoy con la pandemia y la tecnología se han ido perdiendo, pero que necesitamos con urgencia recuperar.

Es por eso que Vamos a Jugar se ha enfocado en buscar productos que ayuden a los padres en las actividades antes mencionadas, los juegos tipo Lego permiten a l@s niñ@s desarrollar la motricidad, apoyan la creatividad al permitir crear historias y situaciones de juego. Fomenta seguir instrucciones en forma secuencial, la persistencia y el trabajo en equipo. En Vamos a Jugar instamos a los padres a dedicarles tiempo a sus hij@s armando estos juguetes para que puedan disfrutar tiempo en familia. Desarrolla tu imaginación, construye tu mundo…Vamos a Jugar!

Marcelo Pizarro.

Ingeniero Civil en Telecomunicaciones

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